Hoy que desperté, mis gafas habían desaparecido.
Así, sin más. Simplemente no estaban donde yo las había colocado a deshoras de la madrugada. Todo el día las he buscado por cualquier lugar imaginable o no de mi habitación e incluso de mi casa. Me vino una jaqueca tremenda por la ausencia de éstas. También una confusión tremenda, así como la incógnita. Probablemente las hurtaron los chinos, o los renos, debido a mis comentarios faltos de tacto a las mismas deshoras de la madrugada. O quizá Paciano por refutar su teoría de la infidelidad.
Es insoportable. Moriré.
Currently listening:
Ennio Morricone ~ The good, the bad and the ugly.