Podría comenzar a hablar de Jhon Malkovich, mi acoso hacia él, su caballerosidad y cómo terminamos conversando durante unos 20 minutos fuera del Teatro Diana. Podría continuar hablando de cómo he andado especialmente imbécil y amargada esta semana, ó de cómo no fui a ver a Troker que justo está presentándose en estos momentos en ITESO. También podría -y debería- hablar de mi incursión al mundo del ajedrez, al pedírselo prestado al freak más grande de mi universidad y ahora ejecuto mis prácticas con piezas de orcos, dragones y cosas raras. No sé que haré el día que deba presentarme en clase de Gestión Estratégica y Comunicación. Snif. Y de cómo las cosas se han torcido un montón, para bien ó para mal. Dicotomías.
Pero no lo haré.
Y no lo haré porque hoy maté como tres millones de neuronas al estrellar mi cabeza contra la llave de una regadera. Y creo haber olvidado la mayor parte de todo y ando más imbécil y más amargosa y me duele la cabeza y tengo mucho pinche sueño y que ya se acabe el mundo. Bueno, mejor no, hasta el 01 de marzo. O quizá después. O quizá nunca.
Por eso no quería escribir, pura amargura conmigo.
Pero -B.to- tiene la culpa. Meh.
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Alejandro Sanz ~ Viviendo de prisa.
¿y qué, y qué, y qué?